Uno de los grandes retos de un país es garantizar un servicio médico de calidad a su población, por muy dispersa o alejada que esta esté.
En el Perú, pese al esfuerzo de las autoridades, existen muchas cosas aún por hacer. Los pacientes sufren no solo un déficit de médicos, sino también el malestar de ser atendidos en infraestructuras poco apropiadas.
Este último aspecto es uno de los primeros puntos que se deberían resolver para mejorar el servicio de salud, a decir de Jorge Rubiños del Pozo, vicedecano del Colegio Médico del Perú (CMP). ‘Los hospitales se están cayendo y no soportarían un terremoto de gran intensidad, cuando ahí deberían ser atendidos los damnificados’.
El experto señala que otro gran reto en el sector salud es equipar bien los hospitales. ‘En estos momentos, el equipamiento tiene una antigüedad promedio de veinte años’, asegura.
Y, por último, está la falta de médicos. ‘El Ministerio de Salud necesita 6.500 médicos más y Essalud 6.000’, señala.
Esta carencia de profesionales hace que, por el lado de los pacientes, existan cada vez más quejas por las tardanzas en la otorgación de citas y cirugías. ‘Hay una gran lista de espera. Se cita a los pacientes tres o cuatro meses después de dar un diagnóstico y esto puede hacer que empeore su salud’, señala.
Rubiños del Pozo reconoce que el sector privado de salud está mucho más ‘fortalecido’ que el sector público por una cuestión de recursos económicos. Indica que las Entidades Prestadoras de Salud (EPS) invierten un presupuesto de US$475 per cápita frente a los US$35 del Seguro Integral de Salud (SIS).
Por ello, solicita al Estado un mayor apoyo económico para dejar de estar en la cola del ranking de países de Sudamérica que ‘menos’ presupuesto destina al sector salud. ‘El Estado debe garantizar una atención médica gratuita de calidad y sin exclusión. Es un derecho fundamental’, reitera.
También pide aumentar más la escala salarial que el Gobierno les ha propuesto en la reforma de salud para que los médicos, frustrados por sueldos bajos y la falta de capacitación, emigren.
Todo esto acompañado de urgentes mejoras en infraestructuras y equipamientos, con salarios más altos para los profesionales de salud, lograría ‘dignificar’ un sector al que los pacientes solo le dan de nota 10,1 sobre 20, según un sondeo de Ipsos Perú de marzo pasado.