Cuando una de las patas de la mesa cojea, la solución más cotidiana es doblar un papel o un trozo de cartón para estabilizarla. Según el matemático Matthias Kreck, de la Universidad de Bonn, esta es la solución equivocada por más obvia que te parezca.
Kreck arranca con la hipótesis de que las cuatro patas de una mesa cuadrada son iguales. El problema, entonces está en el suelo. En lugar de doblar el papel, debes rotar la mesa en círculo menos de 90º, menos de un cuarto de giro completo. De esta manera, en alguno de los puntos se encontrará la estabilidad deseada, algo que Kreck ha demostrado con complejas fórmulas.
La solución matemática consiste en el teorema del valor intermedio. Tras medir la distancia de la pata que cojea al suelo, se establece una función continua entre dos puntos: la distancia positiva entre la pata que cojea y el suelo, y la distancia negativa , que establece que si la pata roza de forma excesiva al suelo o que está “por debajo del suelo”. Bajo esta perspectiva, siempre habrá el punto en el que esa distancia sea neutra, logrando así la estabilidad de la mesa.