Al llegar el animal, los agentes de seguridad del aeropuerto de París-Roissy trataron de controlar el muñequito de peluche que llevaba el simio, para “saber si contenía algo ilegal”, agregó la fuente.
Pero el orangután, de fuerza “imponente”, se negó rotundamente a soltar el muñeco y, pese a la intervención de numerosas personas “no se logró que se separara del juguete”.
Finalmente, después de dos exámenes con rayos X, el animal fue autorizado a seguir viaje.
Los orangutanes, grandes simios originarios de Malasia e Indonesia, pesan en la edad adulta unos cien kilos y miden 1,4 metros. Figuran en la lista de especies en peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).