Agredir con un arma a un acosador callejero puede generar responsabilidad penal

Las recientes declaraciones de la ministra de Trabajo, Ana Jara, quien recomienda a las mujeres el uso de “tijeras, clavos y agujas” para su legítima defensa, genera dudas sobre su efectividad.

Las denuncias sobre acoso sexual callejero inundaron las primeras planas en los últimos días a raíz del caso Magaly Solier y la ministra de Trabajo, Ana Jara, no se quedó atrás. Jara expresó su respaldo hacia las víctimas y además exhortó a las mujeres a que lleven objetos con los cuales poder defenderse de los acosadores. Pero ¿qué tan acertado es aquello?

Parece acertada la propuesta de la ex ministra de la Mujer, sin embargo, el uso de armas letales como son las “tijeras, clavos y agujas” pueden causar graves lesiones físicas o hasta mortales al acosador, según detalla la web La Ley. Esto debido a que durante el “acoso sexual” el estado emocional se encuentra alterado.

La legítima defensa se encuentra regulada en el inciso 3 del artículo 20 del Código Penal como causal de justificación. Es decir, deja de lado la responsabilidad penal porque se actuó en defensa de su derecho.

Pero para que pueda efectuarse deben existir tres elementos: primero, la agresión legítima; en segundo lugar, razonabilidad en el uso del medio de defensa frente al ataque; y, finalmente, falta de provocación suficiente de parte de quien se defiende.

Es por ello, que si una víctima se ensaña con su agresor (para evitar o reducir el peligro), el artículo 21 del Código Penal prevé una responsabilidad penal atenuada.

Con esto se busca que en la legítima defensa la persona que sufre una agresión ilegítima pueda ponerse a buen recaudo frente al peligro en el que se encuentra. No debe confundirse con una venganza personal contra el agresor.

Armas adecuadas Existen armas no mortales como el conocido “gas pimienta”. Con ello se mantiene la distancia del agresor mientras se busca auxilio en las autoridades más cercanas.

Otro elemento disponible son los mangos o bastones electroshock, que descarga unos 50 mil voltios. Este voltaje no resulta letal, por lo que logra disuadir al atacante.

Incluso podría utilizar un “taser”, una especie de dardo que puede ser lanzado a una distancia de hasta cinco metros con descargas eléctricas.

El Dato * Este mapa recoge datos de acoso sexual callejero por zonas, promovido por el Observatorio Virtual Paremos el Acoso Callejero.

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