Manifestantes indígenas vestidos en indumentaria tradicional se enfrentaron el último martes con la policía montada en la capital de Brasil, lo que derivó en que un agente quedara herido por una flecha y se cancelara una ceremonia para inaugurar la exhibición del trofeo de la Copa del Mundo.
Durante el enfrentamiento, la policía antimotines lanzó gas lacrimógeno contra pequeños grupos de manifestantes a medida que se acercaban al nuevo estadio de Brasilia en el que se disputarán algunos partidos del Mundial.
Algunos de los manifestantes llegaron armados con arcos y flechas, y lanzaron algunas contra la policía montada, una de las cuales alcanzó a un agente en una pierna. Fue necesario operarlo para extraérsela, informaron las autoridades.
Grupos activistas le dijeron al periódico Globo que por lo menos dos indígenas también resultaron heridos, aunque no está claro cómo ocurrió ni su estado de salud.
Los activistas marchaban en contra de la ley publicada por el Congreso que amenaza con reducir el tamaño de algunas reservas para los grupos autóctonos.
Asimismo, en otras cuatro ciudades brasileñas, como Río de Janeiro y Salvador de Bahía, dos de las 12 sedes del Mundial de fútbol de Brasil 2014 que iniciará el 12 de junio, los choferes de autobús salieron a protestar para exigir un aumento salarial.
Hoy se cumplen tres días de caos a raíz del paro de los trabajadores quienes demandan un aumento salarial del 12% y rechazan la oferta del 9% presentada por los propietarios de las empresas.
En Río de Janeiro, se realizó la tercera huelga de choferes en lo que va del mes de mayo, ellos solicitan un aumento salarial del 40%, Según la secretaría de Transportes de la ciudad y la asociación de los propietarios de las empresas de autobús, el 90 por ciento de la flota está circulando normalmente este miércoles.
El sindicato de los empleados del metro de Sao Paulo han convocado a una nueva huelga de 24 horas el próximo 5 de junio, una semana antes del partido entre Brasil y Croacia que abrirá el Mundial en la Arena Corinthians.
Sin embargo, esta marcha podría cancelarse si las conversaciones del 4 de junio, donde la Justicia Laboral mediará. logra llegar a un concenso.
En Sao Paulo, el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) amenazó con paralizar la metrópolis el mismo 12 de junio, para exigir inversiones públicas en la construcción de viviendas populares.