Paul Neave no tuvo mejor idea que desarrollar una aplicación que haría que la gente alucinara sin necesidad de consumir alucinógenos.
A través de una serie de imágenes en movimiento que el usuario deberá mirar durante algunos segundo, la aplicación consigue en éste un efecto de distorsión de la realidad que le rodea.
‘Debemos enfocar nuestra mirada al centro de esa imagen durante medio minuto aproximadamente’, explica el creador. ‘Acto seguido, echando un vistazo a nuestro alrededor, en función del tipo de imagen que se haya estado visualizando, nuestro entorno se deformará y todo se moverá de una manera inesperada durante unos 10 ó 20 segundos’, agrega.
Según Neave este efecto se debe a que las células del cerebro detectan el movimiento de la imagen y su dinamismo y, posteriormente, al dejar de mirarla, “las secuelas generadas en estas células perduran por unos segundos”.
El trabajo digital de Neave está inspirado en las investigaciones de muchos otros estudiosos de este tipo de efectos.
Es así que Neave se ha vuelto un “dealer digital” de alucinaciones visuales. Da a elegir tamaño, dirección y velocidad de la ilusión a sus consumidores. La primera es gratis, pero a 0.99 centavos de dólar se puede adquirir el lote entero. ¿Quieres intentar?
*(Advertencia del creador: No observe este vídeo si sufre epilepsia fotosensible o es sensible a las luces intermitentes)