“Debido al comportamiento […] natural de los leones, el zoo ha tenido que sacrificar a dos leones mayores y dos cachorros que no eran lo suficientemente mayores para apañárselas solos”, declaró el martes el zoo en un comunicado.
Los cachorros de menos de diez meses “habrían sido matados por el nuevo macho en cuanto hubiese tenido la posibilidad de hacerlo”, añadió.
Fueron sacrificados el lunes porque el zoo no pudo encontrarles otro lugar, explicó un portavoz a la AFP.
A diferencia de Marius, esta vez la muerte no fue en presencia de público porque “no todos nuestros animales son troceados” ante los visitantes, añadió.
Dentro de unos días, el nuevo macho será introducido a las dos leonas nacidas en 2012, en edad ya de reproducirse.
“El zoo es conocido mundialmente por su trabajo con los leones y estoy orgulloso de que uno de ellos esté en el origen de un nuevo linaje”, subrayó el director Steffen Strade.
El mes pasado, el responsable del zoo Bengt Holst recibió amenazas de muerte tras la decisión de matar al bebé jirafa Marius, de 18 meses. Este fue ejecutado con una pistola de matanza, disecado, y troceado y lanzado a pedazos a los leones bajo la mirada de los niños presentes en la sala.
El caso causó conmoción entre miles de defensores de animales en todo el mundo e incluso circuló una petición para salvar al bebé jirafa.
El zoo indicó en su página web que no lo quedaba más remedio que impedir a Marius llegar a la edad adulta porque, en virtud de las reglas de la Asociación Europea de Zoos y de Acuarios (EAZA), hay que evitar la consanguinidad entre jirafas.
En Dinamarca, donde existen numerosas granjas, una aplastante mayoría de internautas consideraron que estas críticas internacionales no eran más que la señal de la hipocresía y del políticamente correcto. Un especialista de ética sobre el tratamiento de los animales incluso denunció la “disneyficación” de los animales de los zoos.