“El objetivo es abolir el trabajo forzoso en sus diversas formas”, dijo Carmen Moreno, directora de la oficina subregional de la OIT para los países andinos, durante la presentación del proyecto de cooperación, subrayando que ese delito afectaría en América Latina a 1,8 millones de personas.
El fin del proyecto, que será implementado por la OIT, es hacer estudios para determinar el alcance del trabajo forzoso y combatirlo, especialmente en las regiones andinas y amazónicas peruanas, con el apoyo de equipos especializados que actúan en Brasil, dijo por su parte la ministra peruana de Trabajo, Ana Jara.
Brasil es uno de los países con mayor experiencia en el combate a esa actividad desde hace 18 años, lapso en el que se rescataron a 46 millones de personas sometidas a trabajos forzosos, añadió Moreno.
El Departamento del Trabajo de Estados Unidos financiará la ejecución del proyecto con 600.000 dólares, parte de un total de 6 millones de dólares que aporta Washington para consolidar los esfuerzos contra el trabajo forzoso en Perú y Brasil, indicó Jeffrey Hovenier, encargado de negocios de la embajada estadounidense en Lima.
“Se trata de erradicar esta moderna esclavitud que reporta grandes e ilegales ganancias a la minería ilegal, al trabajo de extracción maderera, al trabajo en el hogar y la prostitución”, señaló Hovenier.
La funcionaria de la OIT señaló que faltan estadísticas sobre las personas sometidas a trabajos forzosos y que eso constituye un desafío para los gobiernos de la región.
De acuerdo a la actual iniciativa, componentes importantes de la estrategia brasileña para combatir este delito serán replicados en Perú.