Por primera vez en 40 años, la mayoría de los estadounidenses estima que su país perdió influencia y ejerce a nivel mundial un poder mucho menor al que tenía en el pasado, según un sondeo publicado este martes.
Esta investigación del Instituto Pew Research Center, realizada entre algo más de 2.000 personas entre el 30 de octubre y el 6 de noviembre, revela también que la mayoría de los estadounidenses sostiene, por primera vez, que su país debería “ocuparse de sus propios asuntos” a nivel internacional.
“Por primera vez en alrededor de 40 años de sondeos, una mayoría de ciudadanos (53%) consideran que Estados Unidos juega un papel menos importante y menos poderoso a escala planetaria que una década atrás”, subraya Pew en su estudio.
Esa cifra supera en 12 puntos la registrada en 2009 y más que duplica al guarismo de 2004, cuando George W. Bush ocupaba la presidencia.
Cerca de 70% de las personas interrogadas piensan además que Estados Unidos inspira menos respeto que en el pasado, un nivel similar al del tramo final del segundo mandato de George W.Bush.
La política exterior del actual presidente Barack Obama aparece fuertemente cuestionada en el sondeo: 56% la desaprueba y 34% la respalda.
“Los estadounidenses critican ampliamente sobre todo su gestión de la situación en Siria, Irán, China y Afganistán”.
La lucha antiterrorista surge como uno de los pocos terrenos en que Obama obtiene más apoyo que rechazo: 51% contra 44%.
Otro punto sorprendente de la encuesta es que, por primera vez en cerca de medio siglo, 52% de los estadounidenses piensan que su país debería “ocuparse de sus propios asuntos en el plano internacional y dejar a los demás intentar manejarse por sí mismos”, contra sólo 38% que se inclinan por lo opuesto.
Aquellos que estiman que su país se ocupa “demasiado” en intentar resolver los problemas del mundo (51%) consideran en general que las cuestiones domésticas, fundamentalmente la economía, deberían ser la prioridad número uno del gobierno en funciones.
Sin embargo, 77% de los encuestados subrayan que los intercambios y vínculos comerciales con los otros países acarrean beneficios para Estados Unidos.