El debate iniciado durante la legislatura pasada en el seno de la Comisión de Constitución arribó ayer a una decisión concreta: con 9 votos a favor y 4 en contra (estos últimos de los congresistas fujimoristas) aprobó el proyecto de ley que propone restaurar la bicameralidad en el Parlamento peruano.
Este dictamen pasará al Pleno, donde deberá ser respaldado por 87 votos (dos tercios) en dos legislaturas. Lo más probable es que ya no se debata en la actual legislatura, sino que se vea por primera vez en la que se inicia en marzo del próximo año.
¿Qué cambios supone volver a un sistema que rigió en nuestro país desde 1828 hasta 1992, cuando Alberto Fujimori cerró el Congreso? Para empezar, implicaría la reforma de 41 artículos de la actual Constitución Política y la conformación de dos cámaras: una de 130 diputados y otra de 60 senadores.
Eso, lejos de generar un mayor gasto al Estado, significaría más eficiencia en la labor congresal, según explicó Omar Chechade, presidente de esta comisión. ‘En un sistema de doble cámara en cinco años solamente 25 leyes fueron observadas, mientras que bajo el actual sistema 270 se revisaron a pedido del Ejecutivo. Así se gasta mucho más’, detalló.
Por su parte, el legislador Javier Bedoya (PPC–APP) precisó además que el sistema bicameral permitirá un mejor control y mayor visión de la problemática nacional: ‘Se debe tratar de combinar una cámara cuyos integrantes tengan una visión nacional (Senado), y otra que responda a representantes con una visión más local (diputados)’.
La Cámara de Diputados se encargaría del control político y de aprobar proyectos de ley en primera instancia, los mismos que luego serían ratificados o desestimados por el Senado, convertido así en una ‘cámara reflexiva’.
Además, el proyecto de ley precisa que para ser senador se requeriría haber cumplido 35 años, y 25 años para ser diputado.
No menos importante es la importancia de recuperar la proporción con respecto a la población. Como explica el analista Fernando Tuesta, en el Perú existe un representante por cada 230 mil habitantes. En países pequeños la proporción es de uno por 55 mil habitantes, y en países grandes de uno por 150 mil.
Según Tuesta, los diputados seguirían siendo elegidos por departamentos, mientras que los senadores no tendrían circunscripción ‘para tener una visión nacional’.
Por último, la bicameralidad contribuiría a fortalecer lazos con los países que tienen ese sistema y que forman parte de la Alianza del Pacífico: Colombia, Chile y México.