Responsables de Naciones Unidas advirtieron el viernes que 1,5 millones de niños filipinos podrían sufrir desnutrición como consecuencia del tifón que asoló el archipiélago.
“Estoy muy preocupada sobre el cerca de millón y medio de niños que corren el riesgo de desnutrición y de las cerca de 800.000 mujeres embarazadas o en amamantamiento que necesitan ayuda alimentaria”, declaró desde Nueva York Valérie Amos, jefa de operaciones humanitarias.
Cerca de quince días después de la catástrofe que dejó más de 5.200 muertos, la ONU ha revisado al alza la ayuda financiera indispensable, que pasa de 301 millones de dólares a 348 millones.
La responsable explicó que cuatro millones de personas se han quedado sin alojamiento en las nueve provincias afectadas por el tifón el 8 de noviembre.