El presidente Ollanta Humala afirmó este sábado que el exmandatario Alberto Fujimori es libre de trazar una estrategia de defensa que puede ser “mediática” al aludir a su polémica reciente presentación en un nuevo juicio en su contra.
Fujimori, de 75 años, reapareció el jueves ante un tribunal, demacrado, despeinado y con un aparato para medirse la presión arterial, un cuadro que fue calificado por un sector de la prensa como un “show mediático” para tratar de impresionar a los jueces con su debilitado estado de salud.
“Cada uno sabe cómo encara sus procesos, cada uno es libre de trazar su estrategia, sea mediática, sea en el mismo proceso para defender sus intereses”, subrayó Humala.
El mandatario evitó hacer mayores comentarios señalando que ese juicio “no está en el ámbito del gobierno” y corresponde al Poder Judicial, que es autónomo.
Fujimori fue internado el viernes en una clínica local por problemas de salud debido a “una crisis de hipertensión originada por el nuevo juicio que afronta”, dijo este sábado su hija Keiko Fujimori, que recordó que su padre padeció problemas cancerígenos.
El exmandatario es acusado de financiar con dineros públicos durante su gobierno (1990-2000) a diarios sensacionalistas con el fin de denigrar a sus opositores.
Fujimori cumple una condena de 25 años de cárcel, impuesta en abril de 2009, por violación de derechos humanos al ser considerado autor mediato de la matanza de 25 personas, entre ellas un niño, en 1991 y 1992, por un escuadrón de la muerte en el marco del conflicto contra la guerrilla Sendero Luminoso.
Su hija Keiko negó que su padre haya montado un “show mediático”, tal como afirman sus críticos, señalando que sus signos de debilidad son evidentes y que presenta un cuadro de presión arterial elevada que “puede generar algún daño cerebral”.
Además dijo que en los exámenes a que ha sido sometido se le ha detectado una “cardiopatía hipertensiva” que de empeorar puede requerir de una intervención quirúrgica.
Sin embargo, anotó que actualmente está estable y que sería dado de alta el domingo para regresar a su encierro en una base policial en la periferia este de Lima.