Las incesantes quejas de conductores que denunciaban el uso arbitrario por parte de la policía de los cinemómetros (aparatos que miden la velocidad) y hasta la colocación de señales ‘fantasmas’ para multarlos con 444 soles han reabierto el debate sobre los métodos utilizados para sancionar a los infractores.
Como se sabe, el Ministerio del Interior ya anunció que se suspenden las fotopapeletas hasta que se mejore la señalización y se ajuste el uso de la tecnología.
Ayer, la gerente de operaciones del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Katya Núñez, defendió este sistema y más bien apuntó a una posible intervención de los ciudadanos en la colocación de falsas señales o su deterioro. Además, indicó que las multas impuestas hasta el pasado lunes deben ser pagadas.
Especialistas en tránsito consultados por Publimetro defendieron la fiscalización electrónica en las vías de la capital, pero pidieron una adecuada señalización y un buen manejo de los cinemómetros y cámaras fijas.
‘Los controles electrónicos son de gran ayuda para controlar y fiscalizar el tránsito en una ciudad tan grande como Lima’, sostiene Luis Quispe Candia, director de la ONG Luz Ámbar.
Quispe critica, sin embargo, la señalización actual y aseguró que es necesario avisar previamente al conductor de los controles electrónicos, como sucede en el Callao.
‘Es un hecho irrefutable que la policía tiene que apoyarse en la tecnología para fiscalizar, pero la calle debe estar bien señalizada, no puede haber abusos en el uso de las cámaras’, afirma por su parte Alfonso Flórez, gerente general de Transitemos.
Flórez también exigió un cambio en los importes de las multas y reclamó establecer sanciones económicas graduales en función del exceso de velocidad. ‘El modelo actual de sanción es abusivo. Un conductor supera el límite de velocidad en 2 km/h y paga lo mismo que uno que lo sobrepasó en 50 km/h. Una norma mal dada genera antipatías’, critica.
Adrián Revilla, presidente de la asociación Cruzada Vial, señala que los límites de velocidad en Lima se fijan sin un sustento técnico. ‘Es una decisión arbitraria de la autoridad local, que determina los límites sin la existencia de un estudio técnico’, comenta.
Además, rechaza la colocación de aparatos de fiscalización electrónica con un fin principalmente recaudatorio. ‘Deben situarse en puntos donde realmente hay riesgos de accidentes. El objetivo de una multa no es recaudar, sino corregir conductas‘, dice Revilla.
Parte de las recientes críticas ciudadanas se centraron en que los cinemómetros se usan en zonas residenciales relativamente tranquilas y no en vías de alto volumen de tránsito.