Por: David Trads
No hace mucho fui a una increíble y, en muchos sentidos, simbólica exposición en el gran Museo de Arte de Lima (MALI): el excelente trabajo del genial pintor peruano José Sabogal, quien murió en 1956, es una señal temprana de cómo América Latina comenzó acrecer.
Sabogal creó una nueva forma de arte, el indigenismo, hace cerca de cien años, una corriente revolucionaria en el Perú y muy influyente en el resto del continente. En aquel entonces, casi cien años después de la independencia del Perú, la élite del país y la cultura dominante era española. Los indígenas no eran tomados en cuenta en la esfera pública. Eso comenzó a cambiar cuando Sabogal representó una nueva realidad en la que el Perú se mostraba como una mezcla de la cultura indígena y española. Una nueva identidad peruana comenzaba a emerger.
Sus pinturas ilustran y anticipan, según creo, el inicio del crecimiento que América Latina y el Perú vienen experimentando en las últimas dos décadas. En primer lugar, los indígenas dejaron de sentirse como víctimas. Después, poblaciones enteras escaparon de la misma ‘prisión’. Luego, todos se dieron cuenta de que era momento de salir adelante. Eso es lo realmente interesante de este continente: tiene una historia muy positiva de progreso y prosperidad.
He viajado mucho por América Latina desde 1989. Ese año también estuve en Lima, pero lo que vi aquella vez ya casi no se percibe hoy. La pobreza, el caos, el terror y la desesperación de hace un cuarto de siglo han sido superadas por una creciente y pujante clase media… hay ahora una esperanza sincera. Se trata de un cambio realmente asombroso que se ha dado bastante rápido. Hace 25 años, América Latina era un continente triste, deprimido y estancado. Ahora es todo sonrisas, crecimiento y energía positiva. La gente simplemente decidió cambiar. Los latinoamericanos dejaron de percibirse a sí mismos como subdesarrollados para repentinamente sentirse capaces de hacer cualquier cosa.
En tan solo los últimos diez años, este continente ha experimentado tantos progresos que es difícil de asimilarlo: tasas de crecimiento entre el 3 y 6% al año; tasas de pobreza que cayeron de 43,9 a 28,8%; una clase media que ha crecido en un 50% y ahora ocupa dos tercios de la población; Brasil y México, las dos economías más grandes de la región, están hoy en día entre los países más importantes del mundo. En suma, América Latina se está convirtiendo rápidamente en un continente de primera importancia mundial.
Esa es también la razón por la que Publimetro está presente en el Perú. Hoy celebramos nuestro segundo aniversario y estamos muy orgullosos de la cálida bienvenida recibida de los lectores peruanos. Nuestra edición limeña es parte del fuerte bloque de Publimetros en América Latina, con gran presencia en México, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Puerto Rico y Ecuador.
No es Perú el único país que está avanzando. Casi todos los países de la región han experimentado un crecimiento impresionante en los últimos dos decenios. La crisis económica mundial que comenzó en el 2008 ha acelerado un proceso que ya ocurría: Europa está perdiendo el poder, mientras que Asia, especialmente China, y América Latina están ganando relevancia. Cuando las realidades económicas cambian, también lo hace la importancia política. Un ejemplo: cuando la Organización Mundial de Comercio eligió recientemente a su nuevo líder, un brasileño, fue como resultado de una fuerte asociación asiática-latinoamericana. Y quién sabe, en lugar de un norteamericano o un europeo, el siguiente líder del Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional sea un latinoamericano. ¡Vienen buenas noticias para los intereses políticos de América Latina!