Un condenado a muerte en Ohio, norte de Estados Unidos, que había invocado su obesidad para ser indultado, murió por causas naturales en la cárcel poco después de que su pena fuera condonada, informaron el viernes las autoridades.
Ronald Post, de 53 años, de los cuales 28 pasó en el corredor de la muerte, murió el jueves en el hospital de la prisión en la capital estatal, Columbus. Su muerte era “esperada, su salud se había deteriorado”, dijo a la AFP, sin dar más detalles, un portavoz del servicio de prisiones del estado.
La pena de muerte a Post había sido conmutada en diciembre de 2012 a cadena perpetua por una decisión del gobernador de Ohio, John Kasich, quien sostuvo que el condenado no había, durante el juicio, “recibido una defensa eficaz”, como le correspondía.
El hombre, que pesaba más de 220 kilos, ya había invocado previamente su obesidad para ser indultado.
“Teniendo en cuenta su condición física y médica, hay un riesgo sustancial de que cualquier intento de ejecutarlo le provoque sufrimiento físico y psicológico, y lo lleve a una muerte lenta y dolorosa”, había indicado el recurso del detenido.
La Octava Enmienda prohíbe la tortura y el sufrimiento cruel.
Sostuvo además que la mesa de ejecución no soportaría su peso, y agregó que se le había negado la colocación de una banda gástrica, en tanto que su estado depresivo dificultaba cualquier dieta.
Pero fue realmente por las omisiones y los errores de su abogado en el juicio que la oficina de gracias recomendó al gobernador el indulto.
Ronald Post, cuya ejecución estaba prevista para el 16 de enero de 2013, fue condenado por el asesinato de un empleado durante un robo a mano armada en un hotel.