Consultas por preinfartos suben 25% en invierno

Las bajas temperaturas aumentan índices de males cardíacos. ¿Cómo evitar que una angina de pecho se convierta en un infarto?

El invierno no solo trae consigo resfríos o males respiratorios. Quizá una consecuencia poco advertida sea el cambio de hábitos, que en el caso de personas con males coronarios o con factores de riesgo pueden aumentar la posibilidad de infartos.

La falta de actividad física, producto de las bajas temperaturas, el aumento del consumo de té y café, así como de cigarrillos con la excusa de buscar mayor calor, sumados a una dieta más calórica, son algunos de los hábitos más comunes en época invernal.

‘El sedentarismo, el tabaquismo, y el aumento del colesterol y el nivel de triglicéridos aumentan la incidencia de infartos ya sea en pacientes coronarios como en aquellos que no lo son, pero presentan factores de riesgo’, explica el doctor Bristan Maraza, cardiólogo del Hospital de la Solidaridad.

Según Luis Razzeto, cardiólogo del laboratorio Bayer Perú, el frío y la humedad aumentan también la frecuencia cardiaca y la función arterial, y ese aumento va a producir contracción de las arterias, condición previa al infarto.

‘Pacientes que ya tienen deterioro, como los de la tercera edad o los que sufren de presión alta, tabaquismo, gota, diabetes, obesidad o tienen factores de riesgo, están pre- dispuestos a enfermedades coronarias. Cuanto más factores, mayor el riesgo’.

Si bien no se han realizado estudios estacionales en Lima, las consultas por angina de pecho (preinfartos) en invierno aumentan en un 25%, según refiere Maraza. Aunque es más común en personas de la tercera edad, Maraza sugirió tener cuidado con las duchas prolongadas con agua caliente.

‘Al salir se puede producir la abrupta caída de la presión, lo que provocaría una vasodilatación, que causaría una caída brusca de la presión arterial’, explica.

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