Este lunes los habitantes de Boston observarán un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado ocurrido hace una semana durante el célebre maratón de la ciudad. El lugar del drama todavía no ha recuperado la normalidad, con calles cerradas por las necesidades de la investigación.
“Este momento de silencio le ofrecerá a cada uno un momento tranquilo para reflexionar sobre lo que pasó esta semana y acordarse de los que perdieron la vida o la vieron alterada para siempre”, declaró el alcalde de Boston, Thomas Menino, en un comunicado.
El minuto de silencio empezará a las 14H50 (18H50 GMT), a la hora en que estalló la primera bomba el lunes 15 de abril. Las campanas de las iglesias de todo el estado de Massachusetts repicarán justo después.
La ciudad y sus barrios periféricos quedaron totalmente paralizados el viernes por un espectacular dispositivo de caza y captura de los dos sospechosos del ataque. La actividad se normalizó este lunes con la apertura de las escuelas.
“Estamos contentos de retomar nuestro empleo normalmente (…) la vida debe retomar su curso”, confió a AFP Halle Kyne, un padre de familia que acompañaba a su hija de 12 años a la Boston Latin School, situada cerca del lugar de los atentados.
En este centro escolar, como en todos los de la ciudad, los padres estaban invitados a una reunión para ayudarlos a explicar a sus hijos lo sucedido.
Pero en el barrio de Back Bay, donde ocurrieron los ataques que causaron tres muertos y más de 180 heridos, permanecían cerradas seis calles.
En Bolyston Street, el lugar en el que se situaba la línea de meta, los investigadores continuaban la búsqueda de pruebas. Comercios y restaurantes estaban cerrados y los habitantes de varios edificios seguían evacuados.
Los habitantes de la ciudad improvisaron pequeños homenajes en las barreras de metal que delimitan el perímetro de seguridad. Entre las flores, mensajes y banderas estadounidenses podía verse una zapatilla deportiva con la frase ¡“sigamos corriendo”!.