El guapo secretario de Benedicto XVI, el alemán Georg Gänswein, su hombre de confianza durante casi ocho años de pontificado, ordenado arzobispo en enero pasado, estará al servicio de dos Papas tras la renuncia efectiva el 28 de febrero del Papa y la elección de su sucesor.
Gänswein, de 56 años, políglota, rubio, ojos azules y 1,85 metros de estatura, acompañará a Benedicto XVI a su residencia veraniega de Castelgandolfo, a las afueras de Roma, el lugar donde se instalará provisionalmente unos dos meses tras su renuncia, precisó el Vaticano.
El Papa residirá luego en un antiguo monasterio en los jardines del Vaticano con vistas a la cúpula de San Pedro y que están remodelando para la ocasión.
Sin embargo, el religioso, entre las personas más cercanas a Benedicto XVI, seguirá dirigiendo la Casa Pontifica bajo el nuevo papado, precisó la misma fuente, lo que suscita interrogantes.
Gänswein fue nombrado en diciembre por el Papa prefecto de la Casa Pontificia, el órgano que organiza la agenda papal, fija las audiencias solemnes y privadas, dispone las ceremonias pontificias, excepto la parte estrictamente litúrgica, y coordina los preparativos de sus viajes.
Ordenado obispo el 6 de enero, ascendido a arzobispo ese mismo día, será clave durante la entronización del nuevo Papa que salga elegido en el cónclave, que iniciará a mediados de marzo, para la elección del sucesor de Benedicto XVI, quien renunció inesperadamente el pasado 11 de febrero.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó en una rueda de prensa que la función de prefecto de la Casa Pontificia es principalmente logística y no tiene influencia en las decisiones de la Iglesia.
Sin embargo, según varios observadores, el hecho de que Gänswein conserve el cargo y siga siendo secretario personal de Benedicto XVI podría crear confusión sobre su papel e influencia entre los dos Papas.
El secretario papal, al que la revista mundana Vanity Fair dedicó en diciembre la portada, es apodado el “George Clooney de San Pedro”, por ser tan apuesto.
El hombre que desenmascaró al mayordomo Paolo Gabriele por haber filtrado a la prensa documentos confidenciales del Papa ama el deporte, tiene licencia como piloto de vuelo y en su juventud fue profesor de esquí.
Según cuenta Vanity Fair, Gänswein, al recibir un premio resumió su tarea:
“Personalmente veo mi papel o servicio al pontífice como un cristal. Más limpio está, más alcanza su objetivo. Tengo que dejar entrar el sol y cuanto menos se vea el cristal, mejor. Y si no se ve nada, quiere decir que hice bien mi labor”.
Designado en 2006 secretario del Papa, suscita mucho interés y no sólo el de la prensa mundana y femenina.
Impecable y elegante en su sotana negra, Gänswein, nacido en Bade-Wurtemberg, especialista en derecho canónico, hace pocos años solía asistir a fiestas y recepciones de la nobleza romana, que lo llamaba el “Bel Giorgio”.
Conservador, apreciado por su severidad doctrinal, inspiró a Donatella Versace para su colección de moda otoño-invierno 2007-2008, que llamó “Georg” y desfiló con modelos rubios con traje completo oscuro, de cuello alto y, en lugar de la camisa y la corbata, lucían el Clergyman (cuello para el hábito clerical).
El escándalo por la filtración de documentos confidenciales, llamado “Vatileaks”, alimentó la idea de su posible distanciamiento, pero en vez de ser destituido salió fortificado dentro del engranaje de la Santa Sede.