Un estudio realizado por médicos de Nueva Zelanda concluyó que la causa de la muerte de Natasha Harris (30), quien falleció en el 2010 de arritmia cardíaca, fue producto del consumo excesivo de Coca Cola.
Harris bebía 10 litros diarios de la sustancia gaseosa, lo que sobrepasa dos veces la dosis moderada de cafeína en el organismo (970 gramos de cafeína). Por otro lado, el nivel de azúcar consumido, aproximadamente más de un kilo, terminó agrandando su hígado con varios depósitos de grasa.
La empresa indicó que “no puede ser responsabilizada por la salud de los consumidores que beben cantidades insalubres de este producto”.
Las conclusiones del informe forense fueron enviadas al Ministerio de Salud de Nueva Zelanda, en las que se recomienda advertir en los envases de gaseosas sobre el consumo excesivo de azúcar y cafeína.