“Frente a esta tragedia tenemos el deber de asumir el compromiso de asegurar que jamás se repetirá”, dijo Rousseff en un encuentro con alcaldes que se inició con un minuto de silencio por las víctimas y sus familias.
El domingo fui a “Santa María y el dolor que presencié es indescriptible. Hablo desde ese dolor para recordar la responsabilidad que todos nosotros (…) tenemos con nuestra población”, señaló Rousseff.
La mandataria también invocó el trabajo prioritario que tiene todo alcalde con el cuidado de la gente, aunque no habló de medidas concretas para mejorar la seguridad en los lugares públicos de gran concurrencia.
El incendio que enlutó a Brasil se produjo en una discoteca de Santa Maria, en el sur del país, donde al parecer los músicos usaron fuegos de artificio que desataron el fuego y una nube de humo tóxico que atrapó a centenares de personas, en su gran mayoría jóvenes.
La investigación deberá determinar si hubo negligencias en la manipulación de fuegos pirotécnicos en un local cerrado o en la evacuación de emergencia. Según la policía y los bomberos, la discoteca tenía el permiso para operar vencido.
La mayoría de víctimas eran jóvenes universitarios que asistían a una fiesta.