Esta medida está vigente desde el 12 de febrero. La decisión fue adoptada durante una reunión extraordinaria de ministros, al tiempo que soldados malíes con apoyo francés retomaban el lunes las ciudad de Diabali y Douentza, que estaban bajo control de rebeldes islamistas armados.
Entre las razones para la extensión del estado de emergencia el gobierno mencionó “las operaciones militares para liberar las regiones ocupadas de nuestro país, que se están desarrollando muy bien, y la necesidad de instalar un clima social de paz en el país”.
El estado de emergencia, que prohíbe concentraciones públicas y cualquier ruptura del orden público, fue declarado dos días después que rebeldes islamistas tomaron la ciudad de Konna, en el centro del país, y pasaron a amenazar a la capital, Bamako.