Las autoridades enviaron al menos 200 policías al distrito andino de Cañaris, en la provincia de Ferreñafe (región de Lambayeque), para desbloquear la ruta que lleva a la minera, informó el coronel Jorge Linares, jefe regional de la policía.
Los pobladores se oponen al proyecto Cañariaco, que pretende producir 262 millones de libras de cobre al año, porque temen que pueda afectar el medio ambiente de la región, sus fuentes de agua y sus cultivos, mientras la empresa sostiene que no existen riesgos de contaminación.
“No hemos desbloqueado la zona porque los comuneros han llevado niños; la huelga se realiza de manera pacífica, no se han registrado desmanes hasta el momento”, dijo Linares a la agencia oficial Andina.
El jefe policial añadió que un promedio de 80 campesinos diarios se dirigen desde el lunes hacia el campamento minero Cañariaco para realizar una vigilia.
Por su parte, el presidente de la comunidad campesina de Cañaris, Cristóbal Barrios, dijo al diario El Comercio que la medida de protesta sólo se levantará si un alto comisionado del gobierno llega al lugar para conocer los problemas generados por la minería.
El dirigente señaló que las autoridades deben atender los reclamos regionales y luego empezar un diálogo para ver la posibilidad de poner en marcha una minería responsable.
A inicios de enero Candente Copper recibió autorización oficial para el uso del agua y reinició la excavación de pozos exploratorios, luego que en diciembre los campesinos retuvieron a tres geólogos de la minera, a quienes liberaron luego de 24 horas.