Las lámparas incandescentes, nacidas a fines del siglo XIX, van a pasar a la historia en la Unión Europea el 31 de diciembre, fecha en la que deben ser totalmente retiradas de la venta las bombillas de filamento, reemplazadas progresivamente desde hace varios años por otras de menor consumo.
La bombilla de filamento, inventada por Joseph Swan y perfeccionada por Thomas Edison en 1879, tiene el defecto de perder en calor la mayor parte de la energía que consume, ya que transforma en iluminación solamente el 5% de ella.
En 2008, la Unión Europea fijó un calendario para suprimir progresivamente esas lámparas. El retiro de la venta concernió primeramente las bombillas de 100 watts en 2009, luego las de 60 W (en 2010), de 40 W (en 2011). Las de 25 W deben ser retiradas de los comercios antes del 31 de diciembre de 2012.
Las lámparas incandescentes tradicionales han ido siendo remplazadas por otras que consumen menos energía: las fluocompactas, las de diodos electroluminiscentes (LED) y las halógenas, aunque estas últimas, de rendimiento energético considerado insuficiente, están destinadas también a desaparecer a partir de fines de 2016.