La pequeña localidad estadounidense de Newtown , en el estado de Connecticut , comenzó ayer la penosa tarea de enterrar a los 20 niños y seis adultos muertos que dejó la masacre perpetrada por Adam Lanza (20) en la escuela primaria de Sandy Hook.
Dos pequeños ataúdes marcaron esta primera oleada de funerales. Noah Pozner y Jack Pinto, ambos de seis años, fueron enterrados al promediar las 3 de la tarde.
‘Noah era un pequeño travieso’, dijo su familia en un obituario en un diario local. ‘Combinaba acción y energía en todo lo que hacía. Era la luz de nuestra familia, un alma pequeña desprovista de resentimiento y maldad’, escribieron los padres del pequeño Noah, Lenny y Veronique Pozner, y sus cuatro hermanos.
En el funeral de Jack Pinto, cerca de media decena de niños con medallas de oro se quitaron las preseas y se las dieron a los padres de su compañero asesinado.
Jack fue enterrado con una camiseta de su club favorito de fútbol americano, los Gigantes de Nueva York.