Daniel Parodi: “Es una oportunidad para cerrar viejas heridas”

Historiador especializado en relaciones peruano-chilenas dice que tras el fallo de La Haya debemos construir un futuro de paz e integración.

Cuatro días faltan para el inicio de la fase oral del diferendo que Perú y Chile someten a la Corte Internacional de Justicia de La Haya . El fallo del tribunal, que se conocería en el primer semestre del próximo año, podría ser un punto de inflexión para limar las viejas asperezas que ambos países arrastran. Así lo sostiene el historiador peruano Daniel Parodi, quien el 2010 publicó el libro Lo que dicen de nosotros. La Guerra del Pacífico en la historiografía y textos escolares chilenos.

Remontémonos al Virreinato. ¿Pueden encontrarse allí algunos antecedentes válidos para entender lo que sucedió con ambos países ya en su etapa republicana? Por aquella época el Perú estaba administrado por los españoles bajo el Virreinato. Chile era una Capitanía que dependía de ese Virreinato. La relación posterior entre ambos no puede sacarse de ese contexto, no se pueden inventar rivalidades nacionales previas al nacimiento de las naciones y de los Estados independientes.

La rivalidad, entonces, se da en el siglo XIX con la Guerra del Pacífico y los asuntos que dejó pendientes… Las autoridades de ese momento firmaron un tratado que dejó pendiente definir a quién pertenecerían las ciudades de Arica y Tacna. Se acordó que al cabo de diez años debía realizarse un plebiscito para decidir si se quedaban con Chile o volvían al Perú. Chile no quería devolverlas y siempre fue postergando el plebiscito. Casi medio siglo después se resolvió la cuestión. Esos casi 50 años fueron de tensiones y mecidas por parte de Chile. Eso contaminó la relación bilateral y se sumó al mal recuerdo dejado por la propia guerra.

Perú ha tenido conflictos limítrofes con Colombia y Ecuador también, pero el caso chileno siempre ha estado más presente. ¿Por qué? Ningún conflicto del Perú independiente tuvo la envergadura de la Guerra del Pacífico. Fue un conflicto marcado por la dureza, la violencia y la ocupación. Su importancia para el Perú fue tal que muchos autores sostienen que la nación peruana se fundó en esa guerra y, por consiguiente, se creó en oposición a Chile. Por eso hasta hoy sigue siendo tan fuerte para nosotros todo lo que involucra a Chile.

Han pasado ya casi 130 años de aquella guerra. ¿Cambiaron mucho las cosas? Las relaciones ahora son muy buenas. Por ejemplo, los lazos comerciales son muy interesantes. Chile tiene US$12 mil millones de dólares invertidos aquí. El Perú ya tiene unos US$7 mil allá y la cosa se va equiparando. Desde el punto de vista político, la administración de Sebastián Piñera ha sabido separar el litigio de La Haya de los demás temas.

Pero este lunes arranca la fase oral en La Haya… Sí, y por eso hay tensión. Un ejemplo han sido las declaraciones de los presidentes chilenos, pidiendo que el tribunal de La Haya no emita un fallo salomónico. Chile prácticamente le está diciendo cómo tiene que fallar. Esperemos que el proceso se mantenga bien encarrilado.

¿Es este el mejor momento para que La Haya estudie el caso peruano-chileno? Todo dependerá de cómo reaccionemos los dos países. El buen o mal momento lo construiremos las partes involucradas de acuerdo con la madurez con la que afrontemos el resultado y de acuerdo con los programas integracionistas que apliquemos.

¿El fallo servirá para cerrar viejas rencillas? Sin duda será una oportunidad para cerrar heridas del pasado y construir una relación diferente basada en hipótesis de paz y proyectos de integración comunes. Los que ahora están al frente de las decisiones tienen esa responsabilidad hacia las nuevas generaciones. No es justo que estas hereden nuestros odios y resentimientos hacia el país vecino.

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