Elevó algunas plegarias y se atrevió. Franco Banfi, fotógrafo suizo de vida salvaje submarina, tomó valor y se aventuró a acercarse lo suficiente para capturar con su lente a la tenebrosa bestia, mientras esta tomaba sol en la ribera de un río en Mato Grosso , Brasil. Afortunadamente, el esófago de la gigantesca anaconda lucía lleno. Al parecer, no tenía espacio en el estómago para otra presa.
En aguas cristalinas Para este experimentado fotógrafo, quien lleva más de 30 años retratando la vida salvaje submarina, la mayor dificultad para tomarle una buena foto a una anaconda es el agua. ‘Tiene que ser cristalina si quieres tener una buena foto de una serpiente bajo el agua’, explica Banfi. ‘Eso es difícil porque normalmente las anacondas se bañan en lodo. Por eso tuvimos mucha suerte en esta oportunidad’.
Territorio de vida salvaje Banfi cuenta que en su viaje de diez días a la región de Mato Grosso do Sul, en Brasil , vio seis diferentes tipos de anacondas hembra. La región, que literalmente significa bosque grueso del sur en portugués, es bien conocida en todo el mundo por su gran diversidad y belleza natural, que atrae cada año a miles de visitantes que gustan de las aventuras salvajes.