El presidente venezolano, Hugo Chávez , cree haberse curado del cáncer y se siente con fuerzas para gobernar al menos hasta 2019 si gana los comicios del 7 de octubre, dijo en entrevista exclusiva con la AFP el sábado durante una multitudinaria caravana electoral a bordo de un camión.
“Yo creo que sí, yo me siento muy bien”, dijo Chávez preguntado sobre si había sanado completamente de su enfermedad, mientras el vehículo descubierto se abría paso entre decenas de miles de seguidores que querían de cerca a su líder en Guarenas, una ciudad dormitorio al este de Caracas.
“Si no me sintiera con fuerzas” para gobernar un nuevo mandato de seis años “no estaría aquí. Vamos incluso a trabajar a un ritmo más acelerado”, señaló el presidente venezolano, de 58 años, sorbiendo café de una diminuta taza y saludando a diestra y siniestra, especialmente a niños y jóvenes.
Algunas mujeres lloraban al verlo pasar y otras le lanzaban cartas con solicitudes que él recogía pacientemente. “¿Qué crees que sentirán?”, preguntó este líder carismático, que durante casi 14 años de gobierno se ha granjeado el apoyo de las clases populares, a las que ha beneficiado con programas sociales financiados con la renta petrolera.
Chávez es favorito en los sondeos para lograr su tercera reelección en los comicios del domingo 7 frente al líder opositor Henrique Capriles Radonski .
Enfermó de un cáncer en 2011 cuya naturaleza ha manejado con absoluto secretismo que le apartó durante largos periodos de la vida pública.
Su regreso coincidió con el inicio en julio de la campaña electoral contra Capriles, de 40 años, un ex gobernador que ha recortado la brecha en las encuestas tras dar varias vueltas al país haciendo campaña puerta a puerta.
Chávez reconoció haber tenido que bajar el ritmo de actividad: “En los primeros años de gobierno no descansaba en absoluto, pero el cuerpo te va indicando y hay que ir reduciendo”.
Pese a ello, la marcha en Guarenas fue una nueva demostración de fuerza. “¿Por qué lloras, chico?” preguntó Chávez a un niño de ocho años que acogió en sus brazos durante la caravana. “Porque lo amo”, dijo el pequeño.
El presidente se mostró absolutamente confiado en derrotar a Capriles y abogó porque la victoria sea lo más amplia posible. “Lo más importante es ampliar la brecha para consolidar la revolución” socialista, dijo.
Admitió no haber podido acabar con la dependencia de la renta petrolera, que supone más del 90% de los ingresos en divisas de Venezuela , país con las mayores reservas de crudo mundiales, por lo que pidió un nuevo mandato.
“Ese es un modelo que tiene 100 años, nosotros hemos avanzado, pero es algo progresivo, se necesita tiempo para poner la actividad económica en marcha”, dijo.
También reconoció haber “cometido errores en la aplicación de planes que no funcionaron como deberían haberlo hecho, sobre todo en los servicios públicos”, precisamente el flanco por donde le ataca Capriles, en un país con graves fallas de suministro de agua y luz y con infraestructuras en estado precario.
“El poder nacional no puede ocuparse de todo. Yo no me puedo ocupar de recoger la basura, por ejemplo”, se excusó.
“Necesitamos mas eficiencia política, social, económica. Hemos masificado la educación, pero ahora falta la calidad”, dijo el presidente, recordando que el analfabetismo cayó drásticamente desde su llegada al poder (de 9,1% en 1999 a 4,9% en 2011, según cifras oficiales).
Defendió las medidas radicales de su “revolución socialista”, que calificó como más exitosas que los programas de la izquierda en Europa.
“Mira cómo está España . Me duele mucho. Cuántas cosas hablé yo con el (ex jefe de gobierno socialista José Luis Rodríguez) Zapatero. Lamentablemente, ellos no adelantaron su proyecto de izquierdas y perdieron las elecciones (en 2011) por moderados”, sentenció.
¿Avanza Venezuela hacia el Estado comunal? “El poder popular lo vamos a concretar en los próximos años, para que sea el pueblo el que dirija su propia vida, su propio trabajo”, dijo.
Pero excluyó comparaciones con la Cuba de los hermanos Castro, régimen con el que sostiene una estrecha relación, especialmente con Fidel, su mentor: “Cuba es Cuba y Venezuela, Venezuela, dos modelos, dos historias distintas”.
Chávez, que asegura que la oposición encarna una “extrema derecha” con planes “ocultos” para acabar con las misiones sociales si llega al poder, se mostró por otro lado dispuesto a tender la mano a sus detractores después de los comicios.
“Yo siempre lo hago, pero ellos siempre se confunden. Lo hice después del golpe (urdido en su contra en 2002) y pensaron que era debilidad y luego vino el paro petrolero” del año siguiente que también buscó sin éxito sacarlo del poder, subrayó.
Este mandatario, que de vencer en los comicios se encaminará hacia la consolidación de dos décadas en el poder, no excluye apostar por un nuevo mandato en 2019: “Ya veremos, lo primero es lo primero”, acotó.