El medio inglés Daily Mail publicó la singular historia de Jade Torry, una mujer inglesa que en setiembre de 2010 visitó junto a su novio, Luke Sheppard, y el pequeño hijo de ambos, el parque de diversiones de Disney World, en Florida (EEUU).
En ese tiempo, Jade tenía 20 años y pesaba 100 kilos, los que en gran parte se debían a las 3 000 calorías diarias que acostumbraba a ingerir.
Pese a que era un viaje para relajarse y divertirse, la mujer nunca se imaginó que a partir de éste su vida cambiaría por completo.
Cuando hacía la fila para subirse a la montaña rusa, unos empleados del parque la apartaron para explicarle que quizás era demasiado gorda para hacer uso del juego.
“Mientras hacía fila para subirme a la montaña rusa, me pidieron que me hiciera a un lado. Dijeron que quizás era demasiado grande, por lo que necesitaban medirme”, relató la joven.
Pese a ello fue subida en un lugar especial, y confesó que durante toda la travesía lloró de vergüenza.
Sin embargo, lo peor estaba por venir. Jade y Luke se dirigieron a un tobogán de agua. Se subieron a los flotadores y de pronto la joven quedó atascada muy cerca de un mirador donde varias personas estaban observando. “Estuve atorada por alrededor de cuatro minutos, sintiéndome mortificada”, dijo.
Más allá de los incómodos momentos, la joven dijo que todo le sirvió como una lección. “Fue una llamada para despertarme. Pensé ‘si soy considerada una gorda en América, realmente debo estarlo’”, señaló. Por esta razón, al regresar a su país tomó las primeras decisiones que cambiarían su vida: se unió a una organización para perder peso y modificó su dieta.
La joven se dio cuenta de esta realidad y trabajó en un plan de alimentación en el que sustituyó el chocolate y las porciones extra grandes, por otras más pequeñas, frutas y snacks bajos en calorías. En otras palabras, disminuyó su ingesta diaria de calorías de 3 000 a 1 500.
Jade quiso compartir sus avances con sus amigos de Facebook. Así, en enero de 2011 publicó una fotografía en la que aparece con 11 kilos menos y otra dos meses después en la que muestra que ya había bajado 17 kilos. “Todo lo que puedo decir es que la única manera de tener éxito es creer y ser honesta contigo misma”, comenta en ellas.
La joven británica perdió un total de 44 kilos, quedando cambiada. ‘Algunos de los amigos de Luke que no me veían desde hace un año, casi no me reconocen”, afirmó. Asimismo, afirma que ahora está llena de energía y puede encargarse con mucho más ánimo de las labores de la casa.
Jade también aprovechó de saldar una deuda pendiente que tenía con Disney World, por lo que un año después junto a su novio visitó Disney Land París. “Fue lindo regresar con mi cabeza en alto y disfrutar de todos los juegos que quisiera”, aseguró.