La hipótesis de que el Reino Unido aplique una ley de 1987 para sacar por la fuerza a Julian Assange de la embajada de Ecuador en Londres, donde lleva dos meses refugiado parece poco probable, según varios expertos británicos, una idea que uno de ellos no duda en calificar de “estúpida”.
Un asalto a la embajada sería un escándalo mayúsculo, algo comparable, según Lord Alex Carlile, un ex abogado del partido liberal demócrata, a un ataque de Irán contra la embajada de Gran Bretaña en Teherán para sacar a una joven iraní bajo amenaza de lapidación.
Según Chris Brown, profesor de relaciones internacionales en la prestigiosa London School of Economics (LSE), el Reino Unido fue “increíblemente estúpido” al sacar a relucir esta ley.
“Un estudiante de primer año de diplomacia sabe perfectamente que la amenaza sería como un tiro por la culata”, aseguró el profesor.
Sin embargo, según este experto, no hay “ninguna posibilidad” de que Londres aplique al caso Assange esta ley de 1987, que fue votada tras la muerte en 1984 de una mujer policía por un disparo proveniente de la embajada de Libia en Londres.
El texto sólo se ha aplicado una vez, en 1988, para desalojar a unos ocupas de la embajada de Camboya.
Carl Gardner, un ex abogado del gobierno británico, explica en su blog que hay otros elementos de la ley de 1987 que impiden aplicarla en el caso de la embajada de Ecuador.
La ley estipula que para que un edificio pierda su calidad de embajada se necesitan varias “consideraciones materiales”, como la “seguridad del público”, o la “seguridad nacional” y que habría que respetar además la legislación internacional.
Los abogados de Assange podrían argumentar por ejemplo que la ley se ha desviado de su propósito inicial y lanzar entonces un proceso jurídico interminable.
Según Gardner, si Gran Bretaña está realmente determinada a detener a Julian Assange “lo más fácil sería quizás romper las relaciones diplomáticas con Ecuador, enviar al embajador a su casa, cerrar la embajada y detener a Assange después”.
“Pero sería una decisión diplomática”, asegura.