Comenzó a jugar el 13 de julio y dos días después fue encontrado muerto.
Pese a que expertos, médicos e incluso las propias compañías de videojuegos advierten a los usuarios de los tiempos máximos que deben pasar delante de su consola para que no sea perjudicial, muchos usuarios no hacen caso de esas prescripciones y pasan incontables horas delante de la consola.
Esto, unido a un estado de salud precario y dejar de beber o de comer, puede incluso derivar en la muerte del jugador.
El primer caso se produjo el pasado mes de mayo, cuando un hombre de 32 años murió, al parecer, tras jugar tres días seguidos al juego de Blizzard. Russell Shirley incluso pidió tres días libres en el trabajo para poder disfrutar del juego, pero su estilo de vida sedentario y su mala alimentación influyeron en su fatídico final.
El segundo caso se ha producido en Taiwán, pero en esta ocasión, en un joven de 18 años. Según recoge The Australian, el muchacho, identificado sólo por su apellido, Chuang, reservó una habitación privada en un cibercafé de Tainan, al sur de Taiwán, cerca del mediodía del pasado 13 de julio y jugó durante casi dos días sin comer.
Durante la mañana del pasado 15 de julio, un asistente entró en la habitación de Chuang y lo encontró apoyado sobre la mesa. Después de que el hombre lo despertara, Chuang se levantó, dio unos pasos y se desplomó en el suelo. Murió poco después de llegar a un hospital local.
La policía continúa investigando las causas de la muerte, pero todo apunta a que el joven de 18 años falleció a causa de una prolongada “posición sedentaria”, al jugar durante 40 horas a Diablo III, lo que provocó en su organismo “serios problemas cardiovasculares”.