Más de 46 mil objetos de plástico flotan en cada kilómetro cuadrado del océano

A propósito del inicio de Río+20, conversamos con conservacionistas y expertos en océanos sobre cómo salvar nuestras maravillas azules.

Por Michelle Castillo

Desde hoy y hasta el 22 de junio, expertos en leyes, funcionarios y líderes del sector privado y público se reunirán en Río de Janeiro, Brasil, para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, también conocida como Río+20.

Cómo resolver la pobreza, la inequidad social y la destrucción del medio ambiente serán algunos de los temas a discutir.

Parece fácil, pero no lo es. Los asistentes dicen que el encuentro marcará una diferencia para los defensores de los océanos, enfoque de esta edición especial de Publimetro.

‘Río puede ser muy importante para salvar los océanos’, dice Charles Clover, presidente de la Fundación Blue Marine.

Su organización apunta a crear ‘reservas marinas y soluciones que permitan la reestructuración de las industrias para promover una pesca sostenible’.

‘Esto es vital porque las reservas dan a las especies un refugio contra la destrucción y peligros como flotas de pesca, cambio climático y contaminación. La sostenibilidad de la pesca es muy importante’, señala Clover.

‘Lo que realmente necesitamos de Río+20 es un sistema de gobernabilidad para el mar que reemplazará la falta de regulaciones en la pesca. Queremos que haga posible la creación de reservas marinas en aguas internacionales, algo que no puede hacerse en este momento. Por eso, es muy importante un cambio’, añade.

BLUE MARINE NO ESTÁ SOLA

Otro grupo con agenda para un cambio positivo es el International Ocean Institute (IOI). Ellos son cofacilitadores de las ONG dedicadas a los océanos y esperan convencer a los gobiernos en Río para que adopten políticas que protejan nuestras maravillas azules.

‘Quizá Río podría ser el llamado a despertar contra las conductas excesivas que hemos tenido hacia el océano y que seamos conscientes de que nuestra supervivencia depende de una mejora en la conservación,’ dice Awni Behnam, presidente de IOI.

La contaminación es su principal preocupación. Según Behnam, más de 46 mil objetos de plástico flotan en cada kilómetro cuadrado del océano. Las corrientes oceánicas empujan toda la basura, incluso si la contaminación proviene de otras partes del mundo, hasta zonas remotas como el Ártico.

‘El problema de la basura humana no se trata solo de la limpieza en sí misma, sino que no es biodegradable’, nos explica Steve Gittings, coordinador científico del Programa Nacional de Santuarios Marinos de la National Oceanic and Atmospheric Administration, organización gubernamental de Estados Unidos.

Algo que también asusta a los oceanógrafos es la polución en nuestro ambiente, que causa los cambios climáticos.

Hay evidencias alarmantes del aumento en los niveles de pH haciendo que el océano se torne ácido. Según Scott Doney, un científico senior de química marina y geoquímica del Instituto Oceanográfico de Woods Hole, en Massachusetts, esto ocurre cuando los humanos quemamos combustibles que producen dióxido de carbono.

‘Todavía no hay temas específicos relacionados con la salud humana, pero lo preocupante es que han empezado a darse cambios sensibles en plantas y animales de los que dependemos los humanos’, dice Doney.

PARA CONCLUIR

Sobrepesca, polución, calentamiento global. Da vértigo pensar en eso. La clave es involucrar a los gobiernos, cambiar las leyes y que el control sea más fácil. La gestión en muchos sectores necesita ser racionalizada. ‘Parece que nadie está interesado en tomar decisiones al respecto. Sería difícil y costoso’, añade Gittings.

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