El reverendo Nick Davies, de la Iglesia de Cheltenham, Reino Unido, marcó la fiesta del quincuagésimo día después de la Pascua, el Pentecostés, a punta de botar humo por la boca.
“No suelo tener muchos ‘ooh’ y ‘aah’ durante mi sermón, pero durante esa mañana sí”, dijo.
En Pentecostés, la Iglesia celebra el descenso del Espíritu Santo.
La Biblia dice que los discípulos de Jesús estaban reunidos cuando fueron bendecidos por el Espíritu Santo y lo que parecían ser lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.
Alrededor de 150 personas estaban en la iglesia para presenciar el truco durante el servicio de la mañana.
”[La historia de Pentecostés] nos recuerda que Dios es como una fogata que arde de amor por nosotros y nuestro mundo”, agregó.
“Fue bueno darle a la gente una sensación más ‘wow’ al ir a la iglesia, con el día de Pentecostés, y si podemos enviar a la gente a casa con un poco de ese factor sorpresa, entonces es un día bien empleado”.