No es un secreto que el aire que respiramos en Lima es malo. Lleno de partículas contaminantes, hollín y polvo, que pueden irritar los ojos y las vías respiratorias, provocar asma bronquial y hasta cáncer.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) ha registrado este año que en distritos de Lima Norte, Este y Sur las concentraciones de Polvo Atmosférico Sedimentable (o PAS) superan seis veces el máximo permitido.
‘Por su tamaño, el PAS tiende a caer rápidamente al suelo y se convierte en ese polvo que barremos y encontramos en muebles de casas y oficinas’, comenta José Silva, director de Proyectos de Desarrollo y Medio Ambiente de Senamhi. ‘Pero donde hay PAS también existen partículas más finas, menores a las diez micras de diámetro, que al ser tan ligeras no caen. Pueden viajar grandes distancias e ingresan por las vías respiratorias. Esas son las más peligrosas’, declaró el funcionario a Publimetro.
Por su diámetro, a estas partículas finas se les denomina PM10 y PM2,5 y son consideradas las más dañinas. Desde el 1 de enero del año pasado las normas peruanas reconocen a la partícula PM2,5 como contaminante del aire.
Según Senamhi se puede reducir las concentraciones de polvo vigilando la calidad de los combustibles, del parque automotor y de la construcción de infraestructuras.