Un posible envenenamiento, en un edificio de la calle Vancouver, alertó a las autoridades de la ciudad canadiense de Victoria.
Tres empleados se encontraban desorientados, con las extremidades entumecidas y mareados. Pero no por veneno alguno, sino por haber ingerido, sin saberlo, un pastel de marihuana.
Según la investigación policial, de la que da detalle el diario The Vancouver Sun una mujer de la oficina llevó unos brownies, que compartió con sus compañeros.
Los había hecho un año atrás su hijo y se los dejó olvidado en el congelador. La mujer los cogió e invitó, sin saber que tres de sus colegas tendrían que ser ingresados en el hospital y su hijo llamado a declarar.
El sujeto admitió que los había elaborado y aunque podría haber sido fuertemente penalizado, al final sólo tendrá que ayudar en su comunidad.