La lomografía nace en 1991, cuando dos estudiantes austriacos de paseo por Europa del Este hallaron una vieja cámara rusa de la marca LOMO, modelo LC-A , muy barata, en Praga. Descubrieron que por su particular manufactura esta arrojaba imprevistos efectos sobre las imagenes: colores intensos, desenfoques artísticos, superposiciones, etc. Fue la chispa que desató una movida urbana que ha seguido creciendo en todos estos años.
Las cámaras Lomo son analógicas, es decir, necesitan usar rollo. Su construcción es simple, con armazón ligero y lentes de plástico que le dan a las imágenes un foco bastante suave. A primera vista parecen pequeños juguetes.
A diferencia de las cámaras digitales, es imposible prever los resultados que se obtienen en una cámara así. ‘Rara vez te sale lo que quieres, pero a veces el resultado es mejor de lo que esperabas. Siempre hay un efecto sorpresa y bonito que no te lo da el digital’, comenta la lomógrafa peruana María Teresa Chávez.
Según el modelo, se puede conseguir un efecto de oscurecimiento en las esquinas, el ‘“viñeteado”, que es muy buscado. Entre los modelos clásicos están la Diana F+ , versátil por tener varios lentes para intercambiar, y la Lomo LC-A, que fue la que dio origen a todo. Otros modelos: Sprocket Rocket , Colorsplash , Fisheye , Actionsampler.
Aunque pequeña, la comunidad lomo en Lima ha crecido. Según Ricardo Zegarra, de Zerai , una de las empresas que importa estas cámaras: ‘Empezamos armando los lomo safaris urbanos, para salir a fotografiar la ciudad, y a cada salida venían a lo mucho 5 personas. Ahora llegamos a 30, lo mismo con los talleres que dictamos’.
La gente de Zerai maneja Lomography Perú , la comunidad oficial peruana de fans de este tipo de foto, que existe desde el año pasado con aprobación de la sede oficial de Lomography, en Viena. Algunos de sus eventos son concursos y safaris como el que hubo el sábado pasado en el Parque de las Leyendas.
Las cámaras Lomo se encuentran a la venta en Zerai, La Despensa, Ripley, Profesa, Estereofónica y más.